El coro del Instituto Español "Giner de los Ríos" de Lisboa, tenía previsto para los días 20 a 25 de abril, corresponder con la visita en régimen de intercambio con el coro del instituto español Servero Ochoa de Tánger, ya estábamos con todos los preparativos para salir cuando nos llega el jueves 18 el siguiente mensaje:
"...este mediodía acaban de declarar desde el gobierno marroquí, el estado de máxima alerta para todos los centros e institutciones extranjeras y lugares de culto."
Hemos postpuesto el viaje para el próximo mes de junio, deseando por ambas partes que se pueda llevar a cabo. Todos estamos entusiasmados. seguro que lo haremos.
"...este mediodía acaban de declarar desde el gobierno marroquí, el estado de máxima alerta para todos los centros e institutciones extranjeras y lugares de culto."
Hemos postpuesto el viaje para el próximo mes de junio, deseando por ambas partes que se pueda llevar a cabo. Todos estamos entusiasmados. seguro que lo haremos.
Así es como lo ha visto nuestra pianista:
A veces, las cosas no salen como queremos. Por mucho que uno se esfuerce, por mucho que uno luche, a veces la vida nos pasa "estas pequeñas trastadas".
Y digo pequeñas, porque, aunque estemos todos tristes con la situación, podría haber sido peor. Podíamos haber llegado a Tánger y no haber podido salir de allí, podíamos haber tenido que quedarnos en Tarifa,...
Las cosas duelen siempre cuando no pasan como queremos, pero duelen más si aquello que te propones está cerca, a solo dos días de distancia.
Todo el colegio hablaba de ello. Después de meses de esfuerzo, quedaban escasas horas para la compensación. Todos estaban emocionados, hasta aquellos que no iban o no eran del coro. Mis amigas me preguntaban cosas todos los días. No digo que estuviesen tan emocionadas como yo, pero de cierto modo estaban contentas porque se me veía radiante.
Tengo por costumbre hacer una cosa antes de cada viaje que, si el viaje sigue hacia delante, es muy divertido, pero si se cancela, duele el doble. Todos los viajes "me los preparo". Imagino lo que podemos hacer, investigo los lugares y las cosas más bonitas, y me reparto un poco el tiempo. Al final, los días del viaje tengo siempre un horario mental con lo que quiero hacer.
El que no vayamos a Tánger es culpa del terrorismo, otra vez. Digo otra vez, pero no significa que ya hayamos cancelado algún viaje por ello, sino que una vez más, el terrorismo hace sufrir a las personas. Personas qué no han hecho nada. Sí, porque, qué podríamos haber hecho nosotros, unos niños a los terroristas.
Lo bueno de la cancelación de este viaje ha sido que, de cierta manera, nos ha unido. Como dice un refrán portugués "A vida tem momentos altos y baixos".
Ahora tenemos esperanza en ir en otro momento a Tánger.
Y digo pequeñas, porque, aunque estemos todos tristes con la situación, podría haber sido peor. Podíamos haber llegado a Tánger y no haber podido salir de allí, podíamos haber tenido que quedarnos en Tarifa,...
Las cosas duelen siempre cuando no pasan como queremos, pero duelen más si aquello que te propones está cerca, a solo dos días de distancia.
Todo el colegio hablaba de ello. Después de meses de esfuerzo, quedaban escasas horas para la compensación. Todos estaban emocionados, hasta aquellos que no iban o no eran del coro. Mis amigas me preguntaban cosas todos los días. No digo que estuviesen tan emocionadas como yo, pero de cierto modo estaban contentas porque se me veía radiante.
Tengo por costumbre hacer una cosa antes de cada viaje que, si el viaje sigue hacia delante, es muy divertido, pero si se cancela, duele el doble. Todos los viajes "me los preparo". Imagino lo que podemos hacer, investigo los lugares y las cosas más bonitas, y me reparto un poco el tiempo. Al final, los días del viaje tengo siempre un horario mental con lo que quiero hacer.
El que no vayamos a Tánger es culpa del terrorismo, otra vez. Digo otra vez, pero no significa que ya hayamos cancelado algún viaje por ello, sino que una vez más, el terrorismo hace sufrir a las personas. Personas qué no han hecho nada. Sí, porque, qué podríamos haber hecho nosotros, unos niños a los terroristas.
Lo bueno de la cancelación de este viaje ha sido que, de cierta manera, nos ha unido. Como dice un refrán portugués "A vida tem momentos altos y baixos".
Ahora tenemos esperanza en ir en otro momento a Tánger.
Alicia Pereira Calvo-Villamañán 13 años, Soprano y Pianista
Y así es como lo han visto desde Tánger: Lamento
No hay comentarios:
Publicar un comentario