Lunes... cuesta algo levantarse, ya en el coche todo empieza a funcionar en extraña sincronía, 12 Km. hasta el Insti; las noticias madrugadoras; la programación que hoy me toca; escucho a Robbie Williams “Let me entretain you...”; taller de cuentos con diapositivas en gran grupo “los tres cerditos”; inesperada retención, es un toque de 3 coches, patinazo en día lluvioso en la “2ª Circular”, el poli me dice por señas que encienda las luces, es verdad iba sin ellas, este cielo de otoño indeciso está todavía mustio y gris.
En la sala de profesores los buenos días se suceden con la voz aún turbia del sueño, pero alegre por encontrar a los compañeros.
Y... suena el timbre, los de Infantil nos apresuramos hacia nuestro edificio.
Cuando les miro, me sonríen, me cogen, les achucho... ¡hay magia en ellos!, son los más pequeños del cole, alguno todavía hace pucheros, se aferra a su mochila y a la puerta.
Me cuentan sus noticias, los reponsables del día ponen el calendario, pasamos los bits, les encantan, los conocen bastante bien; ponen su foto en el rincón elegido para la semana; cantamos “otoño llegó marrón y amarillo”, “en el monte hay una casa”, también “que llueva, que llueva”, “mi osete”...; témpera sólo con dos dedos pero salpica hasta la cara, el baby y ¡hasta los zapatos!
Al mediodía reunión de nivel; liquidada la 1ª unidad didáctica, programamos la 2ª y la 3ª hasta Navidad, el magosto/castañada, y la 3ª reunión de padres.
Por la tarde celebración del cumpleaños de Miguel, 3 años, corona de rey, tirones de orejas, “Cumpleaños felíz – Parabéns a você – Happy birthday”, inflado de contento reparte sugus, tres vueltas; sonoros, deliciosos y pringosos besos, felicidad entre los 20 compañeros.
¿Será que me resta voz para ensayar en el coro?, intento bajito “Tebe Poem” no me sale, la garganta se niega, he hablado y cantado demasiado.
Todavía llegan dos mamás y un papá a la salida y mi coro que empieza a las cuatro y cuarto..., corriendo al aula de música de Secundaria, llego un poco tarde, justo al terminar el ejercício del resoplido y los perdigones, el que dice Concha que entre todos regamos muy bien el geranio..., luego el de relajar el cuerpo y lanzar muy fuerte la voz, después hacemos el eco de los tonos de su piano, la voz sonando llena en el cerebro, como tirado por un hilo desde lo alto.
Otro momento de magia... la voz, débil, me empieza a salir, soprano, va gananado fuerza, tono, altura, antes ni me lo creía. Primero el recitado de la letra con el tiempo de las notas, eso que nos da mucha risa. Después cantan sólo los bajos, sólo los tenores, sólo los contraltos, y sólo sopranos; cada voz sola dice casi nada, dos a dos ya gana emoción y finalmente todos... “Fuentecilla que corres”, “Rin Rin”, “Tebe Poem”, son las del momento, el repertorio pasa de la docena, suenan preciosas , deliciosas, o a mi así me lo parece; y cuando al final de cada canción Concha cierra la mano en lo alto... se hace un silencio inesperado, electrizante, la última nota de 4 voces, ahí, clavada en el aire.
¿Cómo consigue Concha esto? eso sí que no lo sé, de verdad, quizá sólo ella sepa la respuesta... o quizá porque ella es la Dire del coro, o sin quizá... En una tarde nos ensaya 2 canciones nuevas, de las difíciles... muchas veces no lo cogemos y ella vuelta a repetir al piano y vuelta a cantárnoslo hasta que sale bien, no se le gasta la voz, ni el tiempo, ni las ganas, ni las bromas...
A lo mejor no lo se contar muy bien pero... algo así son nuestros ensayos, serios y divertidos, con gallos y meteduras pero también geniales; donde unos saben mucho de música y otros nada, pero eso sí todos cantamos con muchas ganas y al final cada cual sale con ese trocito de canción en la boca, el que no se despega hasta la noche.
Este curso ensayamos también los miércoles. Se han apuntado profes y alumnos nuevos ya somos casi 30 entre alumnos, profes y personal no docente. Además Concha nos envía las canciones por email en “archivitos”, es que a veces nos quedamos sin ensayo por el puente, las evaluaciones y otros temas transversales...
Se me ha quedado enredado desde hace mucho, aquel verso de Rosalía de Castro hecho melodía “si cantan eres tu que cantas...”, ¡hasta el lunes!
En la sala de profesores los buenos días se suceden con la voz aún turbia del sueño, pero alegre por encontrar a los compañeros.
Y... suena el timbre, los de Infantil nos apresuramos hacia nuestro edificio.
Cuando les miro, me sonríen, me cogen, les achucho... ¡hay magia en ellos!, son los más pequeños del cole, alguno todavía hace pucheros, se aferra a su mochila y a la puerta.
Me cuentan sus noticias, los reponsables del día ponen el calendario, pasamos los bits, les encantan, los conocen bastante bien; ponen su foto en el rincón elegido para la semana; cantamos “otoño llegó marrón y amarillo”, “en el monte hay una casa”, también “que llueva, que llueva”, “mi osete”...; témpera sólo con dos dedos pero salpica hasta la cara, el baby y ¡hasta los zapatos!
Al mediodía reunión de nivel; liquidada la 1ª unidad didáctica, programamos la 2ª y la 3ª hasta Navidad, el magosto/castañada, y la 3ª reunión de padres.
Por la tarde celebración del cumpleaños de Miguel, 3 años, corona de rey, tirones de orejas, “Cumpleaños felíz – Parabéns a você – Happy birthday”, inflado de contento reparte sugus, tres vueltas; sonoros, deliciosos y pringosos besos, felicidad entre los 20 compañeros.
¿Será que me resta voz para ensayar en el coro?, intento bajito “Tebe Poem” no me sale, la garganta se niega, he hablado y cantado demasiado.
Todavía llegan dos mamás y un papá a la salida y mi coro que empieza a las cuatro y cuarto..., corriendo al aula de música de Secundaria, llego un poco tarde, justo al terminar el ejercício del resoplido y los perdigones, el que dice Concha que entre todos regamos muy bien el geranio..., luego el de relajar el cuerpo y lanzar muy fuerte la voz, después hacemos el eco de los tonos de su piano, la voz sonando llena en el cerebro, como tirado por un hilo desde lo alto.
Otro momento de magia... la voz, débil, me empieza a salir, soprano, va gananado fuerza, tono, altura, antes ni me lo creía. Primero el recitado de la letra con el tiempo de las notas, eso que nos da mucha risa. Después cantan sólo los bajos, sólo los tenores, sólo los contraltos, y sólo sopranos; cada voz sola dice casi nada, dos a dos ya gana emoción y finalmente todos... “Fuentecilla que corres”, “Rin Rin”, “Tebe Poem”, son las del momento, el repertorio pasa de la docena, suenan preciosas , deliciosas, o a mi así me lo parece; y cuando al final de cada canción Concha cierra la mano en lo alto... se hace un silencio inesperado, electrizante, la última nota de 4 voces, ahí, clavada en el aire.
¿Cómo consigue Concha esto? eso sí que no lo sé, de verdad, quizá sólo ella sepa la respuesta... o quizá porque ella es la Dire del coro, o sin quizá... En una tarde nos ensaya 2 canciones nuevas, de las difíciles... muchas veces no lo cogemos y ella vuelta a repetir al piano y vuelta a cantárnoslo hasta que sale bien, no se le gasta la voz, ni el tiempo, ni las ganas, ni las bromas...
A lo mejor no lo se contar muy bien pero... algo así son nuestros ensayos, serios y divertidos, con gallos y meteduras pero también geniales; donde unos saben mucho de música y otros nada, pero eso sí todos cantamos con muchas ganas y al final cada cual sale con ese trocito de canción en la boca, el que no se despega hasta la noche.
Este curso ensayamos también los miércoles. Se han apuntado profes y alumnos nuevos ya somos casi 30 entre alumnos, profes y personal no docente. Además Concha nos envía las canciones por email en “archivitos”, es que a veces nos quedamos sin ensayo por el puente, las evaluaciones y otros temas transversales...
Se me ha quedado enredado desde hace mucho, aquel verso de Rosalía de Castro hecho melodía “si cantan eres tu que cantas...”, ¡hasta el lunes!
Isabel Marín
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