Con los deberes hechos pudimos contar con un día para el descanso. Efectuamos una visita a la bella ciudad de Asillah, en la que visitamos la medina amurallada con restos de la antigua presencia portuguesa y, sobre todo, disfrutamos de la magnífica playa y de un espléndido día que compartimos con nuestros camaradas del Instituto Español de Tánger.
De vuelta a Tánger todavía dió tiempo de comprar los últimos regalos y de pasarlo bien con los nuevos amigos que, por supuesto, quedan invitados a venir a Lisboa.